Cooperativas de vivienda comparten experiencia con sindicalistas de zona franca
Cooperativas de León organizadas en la Central Nicaragüense de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua "Comunidades Dignas", (CENCOVICOD R.L.) transmitió su experiencia en la lucha por una vivienda digna con sindicalistas de zonas francas organizados en la Central Sandinistas de Trabajadores (CST) y la CST-José Benito Escobar.
La actividad realizada en la Cooperativa Manos Amigas de León, ubicada en la zona periurbana de la ciudad universitaria conocida como Los Poetas, permitió conocer de primera mano los avances del modelo de Autoconstrucción y Ayuda Mutua que ha asegurado viviendas dignas a más de un centenar de familias de todo el país con costos relativamente bajos.
El intercambio fue organizado por el Movimiento Comunal Nicaragüense (NCN) que hace esfuerzos de promover el derecho a una vivienda digna en sectores populares, para lo cual ha tenido una serie de eventos informativos con el sector sindical.
Mario Ordoñez del MCN destacó que el sector sindical tiene grandes oportunidades partiendo de su experiencia en organización y lucha por sus derechos, una participación amplia de la mujer, además cuenta con acuerdos tripartitos con entidades de gobierno y la empresas del sector de maquilas (Corporación de Zona Franca) para acceder a una vivienda digna, lo que les amplía las posibilidades de éxito en el mediano plazo.
Rita López, presidenta de la CENCOVICOD R.L. destacó que el intercambio de experiencias permite conocer no solo como funciona el modelo, sino promover el mismo en un sector importante como son los sindicatos de Zona Franca.
Un modelo de solidaridad
Faniz Jirón Valenzuela de CENCOVICOD R.L. y a su vez parte de la Cooperativa Juntando Manos explicó a mujeres y hombres sindicalizados que el modelo bajo el cual trabajan tiene beneficios como una vivienda digna con buenos estándares de calidad a un precio de 10 mil dólares a pagarse con mensualidades de 30 dólares por 20 años. Lo anterior permite que personas de bajos ingresos y no reúnen los requisitos establecidos en la banca privada pueda acceder a su vivienda en un sistema de crédito adaptado a su realidad.
Jirón explicó que el modelo de ayuda mutua y propiedad colectiva tiene un carácter solidario que permite la colaboración para que todos y todas puedan optar a una vivienda. Los bajos costos se logran debido a que la persona cooperada asume la mano de obra no calificada y con la asesoría correspondiente decide sobre los materiales (que sea de buena calidad) y el diseño del inmueble.
Contrario a una urbanizadora, los precios se mantienen bajos, pues no se pagan costos de construcción a terceras empresas, gastos de administración, ni en promoción (publicidad) para la venta, lo que encarece el precio de la vivienda. Así mismo, al ser parte de la supervisión eliminan las posibilidades de vicios ocultos como utilización de materiales de baja calidad o mezclas pobres de cemento, goteras y otros problemas de construcción que son comunes en el mercado de vivienda.
Por su parte, Iveth Margarita Pérez de la Cooperativa Verónica Lacayo destacó la importancia de la organización cooperativa para la gestión del financiamiento en el sector privado tal como sucedió en su caso. Esto permitió una relación individualizada con la entidad financiera, pero mantuvieron su modelo de organización. En la actualidad las casas adquiridas tienen una mensualidad de 105 dólares, aún por debajo de los precios del mercado para una vivienda de interés social.
En el Caso de la Cooperativa Manos Amigas, su presidenta Alba Martínez compartió su experiencia en la construcción de viviendas, cuyas mensualidades son de unos 50 dólares y fue financiado por el proyecto Juan XXIII de la Universidad Centroamericana.
Los sindicalistas tuvieron la oportunidad de visitar las viviendas y conocer la experiencia desde las propias dueñas. Una de ellas dio un emotivo mensaje quien manifestó que se le había cumplido su sueño de tener su casa. “Venimos a trabajar aquí en la construcción, hacer mescla, pasando bloques, pasar arena; no hallaba la hora, mi sueño, que me dieran mi casita”, dijo.
El grupo de sindicalistas se mostraron optimistas ante la experiencia quienes a su vez dijeron que con ello tenían un buen antecedente para impulsar sus propios proyectos de vivienda, los que también son parte de convenios ya establecidos con algunas empresas empleadoras, pero que hasta ahora no se había avanzado.